Ignacio Llamas

2015

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Evolución y significado de la luz en mi obra

La luz llega a mi obra de un modo natural. Al pasar de la pintura al volumen, necesito traducir determinados elementos inmateriales que en ella había, principalmente los espacios y el vacío, en recursos escultórico. Aparecen dos materiales, carentes de materia, que son el sonido y la luz. Este último se convertirá en el protagonista del trabajo creativo.
Inicialmente tiene la función, casi exclusivamente, de iluminar las escenas que se van generando. Pero, enseguida, empieza a adquirir una simbología y a cargarse de contenido.
Al principio la luz está poco trabajada, limitándose a focalizar la atención de la mirada, pero, con el tiempo, se comienza a manejar como un material plástico. En los bocetos e ideas preliminares de cada pieza, se empieza a incluir el tratamiento lumínico que llevará.

La luz viene acompañada de la penumbra y la sombra. Ambas poco tenidas en cuenta en un primer momento. Poco a poco se adquiere la conciencia de que la luz es más potente si va acompañada de la oscuridad. Esto hace que la luz modifique su carácter de iluminación general y camine lentamente hacia un fructífero diálogo entre luces, sombras, penumbras y oscuridades, lo cual la dota de un significado. Al ser la obra una metáfora del interior del ser humano, la luz representa la parte noble del hombre, la grandeza de la humanidad.
El trabajo en esta dirección me hace tomar conciencia, también, de la debilidad de cada individuo, es decir, del dolor, de los traumas, angustias y frustraciones que también constituyen al hombre. La conciencia de la importancia de las sombras va pareja a la consideración de la capacidad de sufrimiento. El dolor va convirtiéndose en el tema principal. Aparecen elementos que lo representan, elementos abandonados en espacios vacíos y limpios que comienzan a hablar de ausencia, de límites e incertidumbres. Esto también se ve en los paisajes desolados de las últimas obras.

Dentro de este proceso evolutivo, la luz vuelve a mutar su tratamiento plástico y, en esta ocasión, principalmente su significado. Se la dota de una función regeneradora y adquiere la capacidad de transformar el dolor en una experiencia que, asumida y positivada, nos construya como personas. Y, también, nos dote de una mayor capacidad de comprensión y aceptación de los límites y defectos de los demás. Nos da la capacidad de compadecernos, es decir de “padecer con”, de compartir las alegrías y, sobre todo, los dolores de la humanidad.