Nadie nos enseña a morir, tampoco a vivir, 2024
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Hormigón, yeso, luz y sonido.
Medidas variables (128 x 200 x 370 cms aprox).

Ser vulnerable

Un vaso, en su esencia, puede contener vida y muerte: acontecer útero y urna funeraria. La vida y la muerte, lo natural y lo artificial, lo material y lo espiritual, la luz y la sombra, la felicidad y el dolor se disuelven en una única entidad. 

La obra nos invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad, es decir, la capacidad de mostrarnos en nuestra máxima fragilidad. Ser vulnerable es una virtud, un acto de valentía que nos permite crecer y mostrarnos humanos. 

La aceptación de nuestras imperfecciones nos conduce a la sabiduría y nos permite fluir con la vida sin resistencias.