Enero de 2021. Fuertes nevadas cubren el centro peninsular. Se interrumpieron las comunicaciones durante más de una semana. No hubo víctimas mortales, pero sí víctimas emocionales como consecuencia de los innumerables daños materiales causados. Aunque conscientes de los abundantes destrozos, no era posible sustraerse a la belleza de la nieve, a contemplar los paisajes cotidianos transformados. Sí, angustia, dolor, pero también una radiante belleza.

Las fotografías de esta serie nos empujan sin querer a contemplar esta relación entre destrucción, muerte y regeneración, que queda vinculado con otras series en las que el fuego arrasador devora campos y bosques y permite la resurrección de algunos tallos.

La aproximación de lo que racionalmente consideramos opuestos se revela como una fuente inagotable de reflexión y de belleza.

Llamas amplia su vivencia frente a lo particular a lo universal, de modo que es la experiencia de la vida, nuestro camino vital lo que sentimos proyectado en sus imágenes.

En esta ocasión el artista ha yuxtapuesto una serie de palabras sobre la imagen, palabras que evocan emociones y sugieren las direcciones temáticas de su trabajo.