Lo que la luz encubre

 – Galería Daniel Cuevas, Madrid

Lo que la luz encubre

Nuevo proyecto de Ignacio Llamas, Lo que la luz encubre, donde el artista avanza en sus reflexiones sobre el silencio, el sonido, lo inmaterial y lo material, luces y sombras, la belleza oculta… siempre presente en sus microcosmos ficticios, creados por él para mostrarnos una realidad material ante nuestros ojos. Lo que la luz encubre cambia este tránsito de irreal a real y el paisaje que se nos muestra como ficticio, como ensoñación, casi como “maqueta” es un lugar existente que Llamas encontró en el verano de 2019.

Como el artista explica “…tuve la ocasión de visitar un lugar singular, que había generado la naturaleza. En medio de un frondoso bosque, atravesado por un río, se había producido, hacía pocos años, un corrimiento de tierras que taponó dicho caudal y originó un pequeño lago. La consecuencia fue que parte del bosque quedó inundado. Emergió una enorme mancha despoblada en medio del florecer de la vida”.

Lo que la luz encubre es el título de la propuesta visual que surge del acercamiento a esta masa forestal que se encuentra cerca del pueblo de Cornilo, en Italia. Al pasear por este lugar descubrió, una vez más, que la naturaleza nos enseña la estrecha relación que hay entre las luces y las sombras, entre vida y muerte, y como esta vinculación puede alcanzar grados de belleza extraordinarios. Más que documentar el lugar, Llamas reflexiona sobre estas relaciones poniendo en evidencia como el concepto de belleza se ve modificado por su cercanía a lo que no es agradable, amable o armónico. Y como la contaminación de ésta con la fealdad la convierte en algo sublime.

En la exposición, además de las fotografías pertenecientes a esta nueva serie, se presentará la instalación Vaciamientos, compuesta por 21 cajas de cartón revestidas de cemento, de diversas dimensiones y dispuestas en hilera donde Llamas objetualiza el concepto de identidad. Metafóricamente, la caja (el ser humano) pierde su función (su identidad) de contenedor de objetos al ser revestida y cegada por cemento. Esta obra nos permite reflexionar sobre la identidad del ser humano, cómo ésta se construye y se destruye, se vincula a la apariencia externa y no a la verdadera esencia de cada individuo. La instalación, de unos 13 metros de longitud, también tiene como función interactuar con el lugar, generando un espacio al que solo se puede acceder atravesando la propia instalación.

Tanto en la serie Lo que la luz encubre, como en la instalación Vaciamientos, Llamas trabaja con la dualidad de conceptos contrapuestos: dentro-fuera, superficialidad-esencia, positivo-negativo, pérdida- ganancia o destrucción-regeneración (destrucción de una identidad impuesta y falsa como proceso indispensable para reconstruir una verdadera identidad).