Tras un intenso trabajo de colaboración entre los cuatro artistas y el comisario, que duró varios meses, surge una propuesta expositiva conformada por una obra de cada autor, que dialogan entre si y con varias piezas de los fondos del Museo Terrassa.
El tema de la muestra lo ofrece la selección de obras clásicas del museo, que aúnan una única temática: La maternidad. Este es el punto de partida que ha permitido generar las obras mostradas en la exposición.
En dicha propuesta expositiva se incluye una obra inédita de Ignacio Llamas.
Texto del comisario Paulo Cacais
Los grandes temas del arte son constantes a lo largo de la historia, son lugares comunes a los cuales cada artista se acerca desde ópticas, lenguajes y sensibilidades diferentes. La esencia permanece, y esta constancia es la que nos permite contraponer las miradas del pasado y del presente. Reflejándonos en el pasado es cuando tomamos conciencia de lo que es esencial.
La iconografía de la maternidad ha estado y continuará siendo una de las grandes inspiraciones en todas las disciplinas artísticas. En el arte clásico asociamos la escena de la madre con el bebé en brazos a la virgen Maria y Jesús, pero hay que recordar que esta representación es muy anterior al cristianismo y se repite en culturas en todo el mundo. El arte contemporáneo, lejos de dejar al margen la maternidad, propone nuevas perspectivas, formas y conceptos.
Esta exposición nace del proyecto «El almacén» que pretende dar visibilidad a piezas que están guardadas al fondo de Museo de Terrassa, en diálogo con el trabajo de artistas contemporáneos invitados a reflexionar sobre el concepto de maternidad.
Ignacio Llamas participa en este proyecto con la obra:
Nadie nos enseña a morir, tampoco a vivir.
2024
Hormigón, yeso y luz.
Medidas variables
Un vaso, en su esencia, puede contener vida y muerte: acontecer útero y urna funeraria. La vida y la muerte, el que es natural y artificial, el material y el espiritual, la luz y la sombra, la felicidad y el dolor se disuelven en una única entidad. En este tráfico, la obra nos invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad, la capacidad de mostrarnos en nuestra máxima fragilidad. Ser vulnerable es una virtud, un acto de valentía que nos permite crecer y mostrarnos humanos. La aceptación de nuestras imperfecciones nos conduce a la sabiduría y nos permite fluir con la vida sin resistencias.