La muestra, que lleva como título QUEL CHE LA LUCE NASCONDE, está comisariado por Marta Michelacci y presenta los últimos trabajos fotográficos de Llamas
De la condición existencial experimentada por San Juan de la Cruz durante su encierro en Toledo deriva la idea de «habitar el límite», que en muchas de las obras de Ignacio Llamas se traduce en la creación de paisajes lunares, mínimos, a veces sólo visibles a través de pequeñas grietas. Las razones de estos espacios desérticos se remontan a una experiencia de despojo interior.
También en este sentido, un elemento recurrente encuentra justificación en su obra: los árboles marchitos, la presencia de la naturaleza que refleja la misma condición humana desolada.
Estas fuertes sugerencias existenciales llevaron al artista a una experiencia estética muy fuerte. Estando en Corniolo, descubrió un lago generado por un desprendimiento en la montaña. Aquel lugar le pareció una descripción perfecta de la precaria condición humana que era objeto de su interés. El lago se convirtió en una especie de metáfora: la oscuridad del desastre ambiental capaz de generar nueva vida.
El concepto, la idea fuerza, coincide con la aceptación del misterio y de lo desconocido como proceso cognitivo, es decir, hacer que cada dificultad, cada limitación dictada por los propios miedos, pero también cada obstáculo, se convierta en una especie de plataforma de lanzamiento. La resistencia y la superación de las dificultades son la condición preferida para la creatividad artística.
Ignacio Llamas fotografió el lago en todas las condiciones de luz, al amanecer, al atardecer y en pleno día, casi como si pudieran revelarse cosas nuevas a medida que cambia la luz. Desde el punto de vista biológico, la muerte gradual del bosque de abetos, ahogado en el lago ha ofrecido nueva vida a nuevas especies. Un mensaje fuertemente metafórico que el artista captó inmediatamente porque corresponde exactamente a su sentimiento.
La exposición en los espacios del Museo Civico Mambrini di Pianetto (Galeata) permite, pues, revivir el encanto de esta experiencia estética e invita implícitamente al observador a repetirla.