Clara Arahuetes

2020

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Tiempos de crisis… ¿también para el arte?

Dicen que “en tiempos de crisis la imaginación y la creatividad se agudizan” y no hay duda de que estamos ante una gran crisis global. Gracias a internet y las redes sociales seguimos comunicándonos y el encierro no es tan duro. El mundo del arte y la cultura también están recluidos, Museos, Galerías, Fundaciones, Teatros, Cines… han cerrado sus puertas, si bien han puesto todos sus medios online para que podemos acceder a sus salas y a la información que nos interese. Algunos responsables de estas instituciones han reflexionado sobre esta situación; pero nos interesa saber qué opina un artista como Ignacio Llamas, que ya tiene una larga trayectoria. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas, tanto en España, como en Portugal, Italia, Alemania, EEUU y Argentina y sus obras están en distintos Museos y colecciones españolas. Además, en 2016, fue premiado en ARCO por la Asociación Española de Críticos de Arte, como el mejor artista español vivo.

En tu web dices que: “La principal función del arte es la comunicación de un contenido, es decir, de aquello que de inmortal hay en el ser humano y que le permite establecer una relación con lo absoluto”. En estos momentos de incertidumbre ¿Cuál crees que es la función del arte? ¿Puede ayudar de algún modo a la sociedad?
La función del arte no cambia, sigue siendo la misma, la de alimentar el alma. La de permitir hacerse las grandes preguntas de la existencia humana y buscar respuestas a éstas.
El arte siempre ha ayudado al ser humano y a la sociedad a reconstruirse y regenerarse. En estos momentos de crisis también lo hace. Si recordamos alguno de los momentos más negros de la historia, como son los campos de exterminio, sabemos que allí estaba presente la música, que esta reconfortaba a los prisioneros y les devolvía su dignidad.

Los museos y las instituciones culturales están llegando a nuestras casas a través de internet. Tenemos la posibilidad de ver las obras de los grandes museos, de visitar de forma virtual exposiciones, acceder a conferencias, libros… ¿qué piensa un artista de todo esto, es suficiente? ¿o falta el contacto real con las obras y con los artistas?
En la situación actual se entiende perfectamente que todo el mundo quiera colaborar, pero no hay que perder de vista que una cosa es el entretenimiento y otra muy distinta el arte, pues éste tiene la capacidad de transformaste por dentro.
Hay determinadas formas de arte que permiten su difusión a través de internet, como son la literatura, parte de la música (la que está concebida en un soporte digital), o incluso el cine. Pero otras, en particular el teatro o las artes visuales, necesitan de un contacto directo con el espectador y este no puede eliminarse.

¿Qué importancia tiene el espectador para el artista?
Bajo mi forma de entender la creación, el espectador es una figura imprescindible en el proceso artístico, hasta tal punto que no existe la obra de arte si no hay un receptor que la hace suya. El arte no está en los objetos sino en la relación que éstos generan con el espectador. La gran pregunta no es “que es el arte” sino “cuando se produce el hecho artístico”.

¿A través del mundo digital se pueden transmitir los valores profundos que hay en tus obras?
Si la obra está pensada para que su entorno natural sea internet, ésta tendrá todo el poder comunicativo y transformador de otras creaciones artísticas. Pero si lo que se muestra es sólo una imagen, un sucedáneo, carece de la fuerza regeneradora.
En mi caso, la obra que yo genero tiene un marcado carácter físico y el único modo de relación con ella es la percepción directa. Lo que muestro en internet, en las redes sociales, tiene una función documental y una intención de difundir mis creaciones, no de suplantarlas.

En medio de esta crisis existen muchos ejemplos de solidaridad. ¿Piensas que la cultura puede contribuir para construir un mundo mejor?
Sí, es una alegría ver todos los ejemplos de solidaridad que se están produciendo. La cultura tiene la capacidad de generar opinión y lo que contribuye a mejorar la sociedad. Pero, la función social del arte no está en el hecho de que los artistas den muestras de solidaridad, ni que sus obras sirvan para recaudar fondos. La principal función social del arte radica en la capacidad de transformación del interior del ser humano. En la capacidad de hacernos libres e iguales.

Sé que consideras “el arte como vía de acceso a un conocimiento que nos permite ofrecer respuestas a los interrogantes más profundos del hombre”. Estamos ante un gran interrogante en estos momentos. ¿Cómo se afronta el dolor en una obra de arte?
Para mí, el dolor es uno de los grandes interrogantes del hombre y lo que le convierte en uno de los temas principales del arte.
En mi proceso creativo está presente desde hace varios años, siendo la idea motora de muchas de mis obras. Lo que yo quiero comunicar, cuándo introduzco dicho concepto, es que, si somos capaces de aceptarlo, tiene la capacidad de transformarse en algo positivo. Nos permite, por un lado, reconstruirnos interiormente, es decir hacernos más personas. Y por otro, ser más empáticos con los demás, otorgándonos la capacidad de sufrir con el que sufre.

He visto que has creado obras nuevas y que hay un cambio en tus creaciones. Explícame un poco.
Una de mis últimas piezas la he construido utilizando elementos que han quedado abandonados en el proceso de elaboración de otras esculturas. Errores, caminos fallidos, elementos estropeados, puertas abiertas que no llevaban a ninguna parte o que no era el momento de atravesar, en definitiva, una pieza construida con desechos, fracasos y desaciertos. Esta obra habla de la capacidad regeneradora que tiene el asumir y positiva el dolor, de darle la vuelta. Dolor en cualquiera de sus manifestaciones: fracasos, frustraciones, miedos, angustias, proyectos frustrados, etc. Esta obra lleva como título: «Donde nadie quiere estar”.