Como colofón al 10 aniversario e inicio de la programación del 2013, a partir del 29 de diciembre, se podrá ver la exposición Fisuras de Ignacio Llamas, que es para el Museo una nueva oportunidad de profundizar el la obra de un artista destacado de su colección (Ignacio Llamas cuenta con varias obras en la Colección Arte Contemporáneo, colección permanente del Museo).

El Museo Patio Herreriano finaliza así la programación de su 10º aniversario con una muestra que ocupará las salas 3, 4 y 5 de la segunda planta y que podrá visitarse hasta el 31 de marzo.

Ignacio Llamas construye sus metáforas proponiéndonos imágenes de lugares físicos. Unas construcciones arquitectónicas en las que su espacialidad se ve matizada por la luz. Esa luz, que crea sombras, brillos, espacios intermedios de penumbra e indefinición, es su único inquilino. En este microcosmos su protagonismo nos hace percibir al menos una doble lectura. Por un lado el espectador la siente como imagen de su interior, de su propia alma, de aquel espíritu que vaga o recorre su propio mundo. Y por otro la percibe como un elemento transformador de todas esas realidades dolorosas, capaz de convertirlas con sus matizados negros, blancos y grises, en una experiencia transformadora.

Su propuesta es sencilla: descubrir, a través de sus espacios construidos y de los objetos abandonados, que allí tienen plena existencia, el misterio escondido. Aquello que de universal cada uno de nosotros lleva dentro.

SALA 3 _ Refugios del Misterio

Partiendo de unas estructuras sencillas, que evocan constantemente a cajas, a contenedores, se hallan unas pequeñas aberturas por las que deslizar la mirada hasta su interior.

Este acto inicial puede recordarnos a la actividad de un observador curioso y de hecho implica un movimiento y una acción por parte del espectador. Enseguida se transmuta esa mirada exterior en una mirada hacia el interior, no del espacio que se abre tras la ventana, sino hacia el interior del espectador, hasta lo más profundo de su ser. El acto de asomarse a uno de estos espacios interiores se convierte en un viaje hacia lo más escondido de nosotros mismos. Y allí nos encontramos con la luz, con nuestro más insondable ser inmortal.

Se trata por tanto de permitir al espectador asomarse por un instante a su propia alma y de escuchar el sonido interior que esta genera, de reconocer la luz existente en ella y de asumir sus penumbras y oscuridades.

El hecho de asomarse a estos espacios casi desnudos permite dar la posibilidad al espectador de afrontar sus propios temores y fantasmas para transformarlos en vida, en luz y calor.

SALA 4 _ Cercar al silencio

Tras un largo proceso de búsqueda, de más de dos años, Ignacio Llamas comienza a construir un lenguaje fotográfico que desemboca en la serie Cercar al silencio. Los principales elementos que determinan esta serie son: el espacio y la luz. Y sus características mas notorias la sobriedad de las imágenes y la ausencia de color.

Una vez desarrollado su propio lenguaje fotográfico el artista decide no detenerse aquí y mira más allá, buscando, analizando las relaciones de la fotografía con el espacio que la rodea y la acoge.

Un proceso de búsqueda de lo intangible le lleva a centrar su atención en los aspectos positivos de la vida tanto como en los negativos, que también son una realidad. Por ello Llamas ensucia el espacio con objetos arrinconados, objetos que bloquean los límpidos espacios, y nos invita a asumirlos como positivos, como algo que también nos ayuda a desarrollarnos plenamente.

Estas imágenes son espejos de mundos interiores. Lugares que encierran pequeñas tragedias, que todo ser humano encuentra al mirar dentro de sí, en las que se evidencian las angustias, turbaciones y temores del hombre. Pero, lugares inundados por una luz que purifica y transforma todo.

Su propuesta es sencilla: descubrir, a través de los espacios construidos y de los objetos abandonados, que allí tienen plena existencia, el misterio escondido. Aquello que de universal cada uno de nosotros lleva dentro.

SALA 5 _ Desolaciones

… propiciar la contemplación, la meditación, la mirada interior. Plantear una reflexión sobre el interior del ser humano.

Emprender un viaje por el interior del hombre para llegar a lo más profundo de su alma y encontrar ahí las semillas de trascendencia que habitan en él.

Invitar al espectador a silenciar sus ruidos para poder adentrarse en su propia intimidad.

La clave para recorrer este camino es la soledad. Soledad en la contemplación de la obra, soledad con uno mismo.

Soledad, contemplación y dolor transformado son los temas que se desarrollan en esta serie. Son las propuestas que se lanzan para emprender una senda en busca del conocimiento.