Bleeding light, 2012
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Bleeding light
Los mundos interiores y los espacios deshabitados son una constante además de punto de partida en el trabajo de los últimos años de Ignacio Llamas. Sin embargo este hecho no impide que la (inexistente) figura humana cobre especial importancia en su obra; Los espacios, los volúmenes, la luz no son sino los testigos de la presencia y las vivencias de las personas y seres que habitan (habitamos) dichos espacios y que los impregnan y dotan de sentido.
Es precisamente ese marcado carácter vivencial el que se convierte en el hilo conductor de la exposición “Sangrar luz” articulado a través de la luz como elemento esencial en su trabajo y elemento clave por el que se percibe la realidad plasmada en los escenarios y el espacio-volumen como cosmos (en este caso de reducidas dimensiones) en el que se desarrolla la comedia humana que la luz ilumina o, a menudo, llena de penumbras y umbrías a la vez que evidencia la carga espiritual de la que los escenarios han quedado impregnados.
El elemento-icono de la maleta deviene en esencia de la serie como símbolo del viaje interior al que se invita al espectador y una alusión a su vez al viaje de la vida, es decir, al viaje hacia la muerte.