Moving through the invisible
A walk through the intangible
Ignacio Llamas lleva trabajando más de dos décadas en torno a la dualidad de los conceptos: ausencia y presencia, luz y oscuridad, tangible e intangible, vida y muerte. Tratando de crear metáforas visuales que permitan al receptor de la obra ahondar en el misterio que se esconde en cada una de estas parejas de opuestos.
Como es habitual en la producción artística de Ignacio Llamas, la exposición se mueve entre la fotografía y la instalación. En esta ocasión, el peso recae del lado de la imagen fotográfica, y lo hace a través de dos series: Lo que la luz encubre y Habitarse, en las que lleva trabajando desde 2019 y 2021 respectivamente.
En la localidad de Corniolo, en la región de Emilia-Romaña, el 19 de marzo de 2010, la naturaleza decidió modificar el territorio. Parte del monte Val d’Abeto se derrumbó obstruyendo el cauce del río Bidente, lo que provocó la aparición de un lago en medio del frondoso bosque. El exceso de agua produjo la muerte de varias hectáreas de arboleda. La naturaleza unió en un mismo espacio: vida y muerte, belleza y sublimidad. Llamas, absorto ante esta visión, interiorizó este paisaje y la experiencia vivida en torno a él. Recibió la metáfora construida por la naturaleza y la transformó en imagen, dando lugar a la serie: Lo que la luz encubre. La muerte se ha transformado en belleza y la belleza en nueva vida. Descubrir y mostrar lo intangible, que se esconde detrás de lo que vemos, es la misión del artista.
La segunda serie que presenta esta muestra es Habitarse, una instalación fotográfica formada por diez imágenes que se disponen en el centro de la sala. En esta ocasión, es también la naturaleza el punto de partida. En 2021 una gran nevada dejó blanco el paisaje y las ciudades del centro de España. Un fenómeno meteorológico que, no sólo transformó la percepción del entorno más cercano, sino que como en el caso de Corniolo, también volvió a unir belleza y destrucción. En el transcurso de la semana en que la nieve lo cubría todo, Llamas salió a fotografiar cada día. Posteriormente, durante el proceso de gestación de la pieza, interiorización de sus formas y significados, el artista insertó, en las fotografías, una serie de palabras convirtiendo la obra en un viaje introspectivo, de claras alusiones biográficas, que lleva de la perturbación a la aceptación.
La exposición se completa con tres obras en volumen, destacando: Donde nadie quiere estar. Es esta una pieza que, a modo de armario/almacén, reúne gran parte de las dudas, errores y fracasos que el proceso creativo conlleva. Una vez más, la obra funciona como metáfora para hablar del proceso de crecimiento de cada ser humano, de cada una de sus etapas, unas luminosas y otras dolorosas. Pero también habla de cómo todas y cada una de ellas suponen una experiencia que nos hace crecer.
Llamas nos propone una única idea que subyace en cada una de las piezas mostradas. Nos invita a realizar un viaje interior, durante el que tomar conciencia de nuestras luces y sombras y de cómo, tanto unas como otras nos construyen como persona.