Uncertainties

 – Spazio P Gallery, Cagliari (Italy)

Uncertainties

La serie “Incertidumbres” está compuesta por piezas de pequeñas dimensiones, que surgen como proceso de diálogo entre la fotografía y el volumen. Ambas disciplinas son las que han estado ocupando la producción artística de Ignacio Llamas en los últimos años.

En estas obras las fotografías reducen su escala hasta la miniatura, para explorar la vinculación entre el espacio fotográfico, en ellas contenido, y el espacio físico que las acoge.

Con todo este juego de espacios, imágenes, diálogos, el artista intenta trascender lo visible, y a través de sus personales metáforas, acercarnos al sentir y el ser del hombre. Para ello propone al espectador un recorrido hacia su interior, invitándolo a silenciar los ruidos exteriores a través de la mirada. Se trata de emprender un viaje hacia lo más profundo del alma para buscar y hallar las semillas de trascendencia allí depositadas.

Este proceso de búsqueda de lo intangible le lleva a centrar su atención en los aspectos positivos de la vida: la alegría, la serenidad, la comprensión… tanto como en los negativos, que también son una realidad. Por ello Ignacio Llamas ensucia el espacio con objetos arrumbados, objetos que bloquean los límpidos espacios, y nos invita a asumirlos como positivos, como algo que también nos ayuda a desarrollarnos plenamente.

Las imágenes generadas son espejos de mundos interiores y espacios aparentemente deshabitados, capaces de acoger el todo. Lugares que encierran pequeñas tragedias, que todo ser humano encuentra al mirar dentro de sí, en las que evidencia las angustias, turbaciones y temores del hombre. Pero, lugares inundados por una luz que nos edifica y purifica.

Ignacio Llamas construye sus metáforas proponiéndonos imágenes de lugares físicos. Unas construcciones arquitectónicas en las que su ortogonalidad se ve matizada por la luz. Esa luz, que crea sombras, brillos, espacios intermedios de penumbra e indefinición, es su única inquilina. En este microcosmos su protagonismo nos hace percibir al menos una doble lectura. Por un lado el espectador la siente como imagen de su interior, de su propia alma, de aquel espíritu que vaga o recorre su propio mundo. Y por otro la percibe como un elemento transformador de todas esas realidades dolorosas, capaz de convertirlas con sus matizados negros, blancos y grises, en una experiencia transformadora.

Su propuesta es sencilla: descubrir, a través de sus espacios construidos y de los objetos abandonados, que allí tienen plena existencia, el misterio escondido. Aquello que de universal cada uno de nosotros lleva dentro.